Horizontes minerales sometidos a una intensa acción antrópica. Según la acción antrópica predominante (arado profundo, fertilización intensa, adición de materiales externos, regadío, cultivos inundados, etc.) se diferencian entre:
IRRÁGRICO. Por regadío durante mucho tiempo con aguas cargadas en sedimentos. Ricos en carbonatos y arcillas. Débilmente coloreados (value y croma, en húmedo, mayores de 3). Más del 0,5% de materia orgánica y al menos con un 0,3% en su límite inferior. Generalmente contiene artefactos tales como trozos de ladrillo y cerámica en toda su profundidad. Gran actividad de lombrices.
PLÁGICO. Horizonte oscuro, con moderado contenido orgánico (Carbono orgánico mayor de 0,6%) con baja saturación de bases y, por tanto de reacción ácida. De textura muy uniforme, generalmente arenosa o arenosa franca. Con altos contenidos en fósforo. Generalmente contiene artefactos tales como trozos de ladrillo y cerámica en toda su profundidad. Frecuentemente encima de suelos enterrados, a veces mezclados con este horizonte.
PRÉTICO. Horizonte oscuro, con alto contenido orgánico (Carbono orgánico mayor de 1%), fósforo, calcio y magnesio. Con restos de carbón vegetal y/o artefactos (por ejemplo, terra preta).
TÉRRICO. Horizonte resultante de la adición de materia mineral (con o sin residuos orgánicos) y labranza profunda similar al plágico pero con alta saturación de bases y reacción (pH) entre neutro y alcalino.